domingo, 12 de agosto de 2012

Nº 12: VIAJE A DARJEELING.






No hemos llegado a Darjeeling como en la película, en tren, pero aún así también ha sido un viaje largo. Nos levantamos a las 3 de la mañana en Trivamdrum y le tuc-tuc con el que habíamos quedado el día anterior nos llevo al aeropuerto “doméstico” para tomar el vuelo a Bagdogra, el aueropuerto más cercano a Dargeeling. Fue un vuelo de 6 horas, primero, parada técnica en Chenai, después escala en Kalcuta, y por último llegada a Bagdogra, pero ahí no acababa el viaje. Del aeropuerto de Bagdogra hay que acercarse a Siliguri la puerta de entrada a los HImalayas y desde donde la única forma de viajar a Darjeeling es mediante “Jeeps” de 11 plazas (vamos , que se va embutido) que compartes con gente local, gente de Darjeeling que baja de las montañas para ir al médico, hacer “papeleos”… otra forma de llegar a Darjeeling es mediante le “tren de juguete”, un pequeño tren a vapor que recorre los himalayas compartiendo la carretera con loe jeeps. El problema es que son 8 horas de recorrido, que puede ser muy bonito, pero son 
8 horas…
Nosotros elegimos el Jeep, que son otras 3 horas de tortuosas carreteras que no paran de subir ni un minuto “monte arriba” y donde los coches que bajan se cruzan con los que suben en lugares donde es imposible pensar que van a entran dos jeeps, y con el precipicio al otro lado.... Nosotros teníamos los sitios 5 y 6 del Jeep ¿? Que son los que se encuentran en el “maletero” y hemos podido botar con el jeep, cosa que el culo ha agradecido, pero también hemos podido disfrutar de preciosas vistas de esta parte “verde” del Himalaya.
Lo primero que llama la atención en esta parte de India es el cambio evidente de rasgos de la gente de aquí. Esta región de India está comprendida al este y al oeste por los antiguos reinos de Buthan, Nepal y por el norte el Tíbet (que hoy es China, lamentablemente) y es evidente que aquí la mayor parte
 de la población provienen de estas regiones.
Recuerdo que cuando estuve en el Himalaya, primero en Ladakh (que pertenece a la India como ya he comentado en alguna entrada) y posteriormente en Nepal, los Ladakhíes y los Nepalíes me parecieron que eran los “Indios simpáticos” de Asia, pues sus costumbres no difieren mucho de los indios (ya que también hay hinduistas, aunque mayoritariamente son budistas) pero siempre están sonrientes y alegres, y siempre son educados y encantadores, en cambio en la India aunque también hay gente así, por supuesto, no es tan habitual como en la región de Ladakh o en Nepal. (de hecho, en este viaje me estoy 
convenciendo más de que efectivamente es así)
Bueno, pues nada más llegar a esta región te das cuenta del cambio, si la gente en la India “profunda” es maja, aquí son realmente encantadores. Siempre te reciben con una sonrisa. Según vas subiendo y adentrándote por las carreteras del Himalaya, todo va cambiando, los templos hinduistas dan paso a las pagodas, estupas y monasterios budistas, el clima da un cambio inesperado y hay que sacar la “rebequita”, el paisaje se torna de un intenso verde y el bullicio y el ruido dan paso a una región de relax y “meditación”. Y eso que venimos de Kerala, que se trata de una de las regiones más tranquilas de la India. Pero aún así el cambio es más que evidente.
Para mí hay dos cosas que sorprenden al llegar a Darjeeling: Las verdes laderas llenas de arbustos de té que rodean por todos lados esta “ciudad” (y que junto con el turismo son el motor económico de la región) y que Darjeeling se trata de una ciudad literalmente colgada de las laderas del Himalaya a 2100 metros de altitud. Bueno, también tengo que decirlo, me ha sorprendido que es más grande y con algo más de tráfico del que pensaba, además los edificios son de un color grisáceo y  el recubrimiento de muchos tejados y paredes con oxidadas chapas metálicas hacen que Darjeeling como ciudad no sea tan mítica como me imaginaba. Seguramente cuando llegaron aquí los ingleses en las
  primeras expediciones al Everest hacia 1921 sería una sorprendente pequeña ciudad de té, colgada de las laderas del Himalaya. Ahora de pequeña no tiene nada, aunque sigue colgada de las montañas y la cantidad de té que se planta ha cambiado los paisajes de los alrededores de la ciudad.
Como siempre, nada más bajar del Jeep llega la hora de la búsqueda de alojamiento y esta ciudad no es plana que se diga… y con 2 mochilas a la espalda las ganas de llegar a un buen sitio crecen exponencialmente. Al final dimos con un sitio: barato, con vistas a los Himalayas y con tele por cable… ( parece que se están arreglando un poco las olimpiadas para España, no?)
El tiempo no está acompañando en esta ocasión y el monzón en esta región no nos ha permitido disfrutar de las increíbles montañas que tiene por telón de fondo Darjeeling. La mejor vista está en la “Colina del tigre” donde se puede disfrutar, si el tiempo acompaña, de las vistas del Canchenchunga (la tercera montaña más alta del mundo) el Makalu, e incluso si el tiempo es muy muy bueno, del Everest. Nosotros no hemos tenido suerte y solo hemos podido ver o intuir lo que serían las cumbres del Canchenchunga y alguna de sus increíbles laderas heladas. Que se le va hacer, levantarte a las 3 de la mañana y subirte a una colina a esperar desde las 4 y media el amanecer, no te asegura que vayas a ver nada… menos mal que estábamos con un grupo de japoneses que a cada rayo de sol que atravesaba las nubes soltaban un grito como si hubieran visto un milagro…
Ayer por la tarde no encontrábamos como subir a la colina del tigre, ya que no hay mucho turista en esta época del año y nos salía “caro” no compartir un taxi con más gente. Total, que abordé a dos guiris que nos encontramos por la noche.  Entre eso y el inglés de Estefi, resultó que las chicas serán muy simpáticas y se animaron a venirse a la colina del tigre con nosotros e incluso por la noche quedamos para cenar.
 
A parte de la colina del tigre hemos visitado tres monasterios budistas, donde hemos podido jugar y hablar con estudiantes, y la pagoda budista japonesa por la paz, parece ser que hay otras 70 pagodas esparcidas por el mundo. En ella se podían leer carteles como el de la foto.
 El zoo de Darjeeling (en el que se pueden ver los animales que habitan en libertad por las laderas del Himalaya, como osos pandas rojos, leopardos de las nieves, todo tipo ciervos…) y en el que en su interior está el “Instituto nacional de montañismo Indio” que presidió mi admirado Tenzing Norgay (el sherpa que subió por primera vez junto con Sir Edmun Hillary el Everest, en 1953, y del que ya hablé en la anterior entrada) donde además de una estatua del mismo Tenzing situada junto al lugar donde fue incinerado, también se puede visitar un precioso y muy interesante “Museo del Everest” donde se nos han pasado las horas viendo cientos de cosas interesantes y curiosas de la montaña más alta del mundo.
No quería dejar pasar la oportunidad  de visitar a los encantadores, amables y hospitalarios tibetanos que hay en Darjeeling, y de esta forma que Estefi viera como son esta increíble y pacífica gente (suficiente tabarra le doy hablándole de cómo es este pueblo, como para luego no “presentárselos”). Hemos visitado el centro de refugiados tibetanos, donde puedes pasar el rato charlando con tibetanos exiliados, jugando con niños y comprando las típicas banderas de oración tibetanas, molinillos de oración, budas… pero donde sobretodo la gente que se acerca se da cuenta de la tremenda injusticia que sufre esta población con la invasión China de la “Revolución cultural”. 
Después de pasar un agradable rato en el centro de ayuda  a los Tibetanos, fuimos a un teleférico que han construido y que te baja desde Darjeeling hasta el fondo del valle. Hemos tenido suerte, han abierto las nubes y hemos podido disfrutar de unas excelentes vistas. Menudo error de la Lonely planet que ni menciona este “Cable car” (teleférico) del Himalaya que aún siendo nuevo, parece viejo y del que dudas cuando ves que es un tío el que empuja la desde atrás cabina hasta que ésta se engancha en el cable y sale
 “volando”…
Al final del día, nos acercamos a la roca de escalada que hay en honor a Tenzing Norgay, y donde se puede ascender aparentemente sin problemas aunque está un poco alta. Como no, me lancé y al llegar arriba y ver el panorama de bajada, me acordé de un episodio del que también se acordará mi padre: cuando en un “camping” de Francia con 12 años me subí a un rocódromo del que después no era capaz de bajar… hasta unos alemanes llevaron un colchón para que me tirara… pero fue mi padre el que me llevo la cuerda de tender que teníamos en la caravana para que la agarrara como pudiera e hiciera (sin saberlo) el primer rápel de mi vida…  Bueno, pensé, aquí no está mi padre para traerme la cuerdecita del tendedero… pero mis dudas se esfumaron cuando vi bajar a unos chavales en menos de 1 minuto y a toda leche… desde luego no era la primera vez que subían…
PD: Estoy sano y salvo, bajé con más miedo que vergüenza, pero Estefi me hizo la foto en la roca de escalada de Tenzin Norgay.

4 comentarios:

  1. que bien que lo estais pasando y la cantidad de experiencias vividas. en unos días Rocío, conocera el mar,su primera experiencia con un añito recien cumplido.besos y abrazos.jésus

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  2. Jo, esa ciudad tiene que ser una pasada, ahí toda colgada... pero qué cansancio con tanta cuesta, no?? En fin, me alegro que al final pudieras bajar sin colchón de la roca, jejej, y sí, los JJ.OO, no nos han ido mal del todo, la pena es que ya se acabaron...
    Seguid pasándolo tan bien. Besos!!

    PD: Mañana empiezan las fiestas de La Paloma, espero que las echéis un poquito de menos, (aunque no creo estando donde estáis...) jeje.

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  3. No te has atrevido a alquilar una bici en Darjeeling, ehh?
    Muy chula la ciudad.

    Saludos!

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  4. Mejores pruebas de atletismo. Sin duda la fina de 800 metros con un Rudisha en plan imperial. La final 4x100 femenina bajando las cuatro de once segundos. Como era de esperra los 100 metros lisos de Bolt también es para ver y ver. Me gustó también la marathon femenina con la rusa llegando desde atrás y quedando tercera (desbaratando en parte tu teoría de supremacía africana). La jabalina ganbada por el junior cubano fue sorprendente.
    Me pareció un bluff la victoria de Mo Farah en 5.000 y 10.000, unas marcas pésimas.

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